LA ATENCIÓN

La atención es una especie de extracción de los elementos que, es un momento dado, tomamos en cuenta como más relevantes en una situación específica, es decir, es la capacidad para captar estímulos. Cuando captamos unos estímulos y omitimos otros, hablamos de una atención selectiva. Gracias a la atención somos capaces de “darnos cuenta”, pues es un fenómeno de la consciencia.
La atención se puede definir como “un sistema de capacidad limitada que realiza operaciones de selección de información y cuya disponibilidad o estado de alerta fluctúa considerablemente”(Vega, 1984)

Existe diversos tipos de atención:

-La voluntaria
-la involuntaria
- la espontanea (influida por tendencias o cultura de la persona)
- la espontánea adquirida (gracias al aprendizaje se ha convertido en un gusto “natural.

 Al igual que otros procesos psicológicos básicos, la atención vendrá condicionada por factores externos (tamaño, movimiento, repetición, intensidad, familiaridad o novedad…) y por factores internos (interés, estereotipos, creencias, experiencias del pasado, los valores…). La concentración es la capacidad para fijar la atención de forma selectiva en una idea, objeto o actividad sin permitir interferencias ajenas.

Los determinantes de la atención proceden del individuo y del exterior. La motivación es el determinante personal básico; los intereses, preocupaciones, ocupaciones, deseos, aspiraciones y hábitos hacen que cada persona se fije en ciertas cosas y situaciones.

En resumen, la atención es una cualidad de la percepción que funciona como una especie de filtro de los estímulos ambientales, evaluando cuáles son los más relevantes y dotándolos de prioridad para un procesamiento más profundo. La atención también es entendida como el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos.